En plena efervescencia de las Apps de mensajería, hay una que destaca sobre todas las demás. Y lo hace no por ser más útil que ninguna de sus adversarias, ni por ser más atractiva en su diseño, ni mucho menos por permitir una mejor comunicación entre sus usuarios. Si por algo destaca es precisamente por todo lo contrario pero ha conseguido captar a miles de personas.
La aplicación en cuestión se llama Ethan, como su creador: Ethan Gliechtenstein y sirve únicamente para ponerse en contacto con él. Los usuarios de esta App pueden preguntarle su opinión sobre cualquier tema que crean y él les responderá amablemente y cuando tenga un momento para hacerlo. Se le puede preguntar sobre cualquier cosa ya sea sobre la elección de un restaurante, qué vestido llevar o incluso qué hacer ante determinadas situaciones.
Sólo hay tres cosas sobre las cuales no se puede preguntar o contactar con Ethan (en realidad son dos): en caso de emergencia o para pedirle que haga tu trabajo. La tercera premisa que no se puede incumplir es que queda prohibido enamorarse de él.
Ethan no es un filósofo, ni un líder de opinión, ni alguien con un criterio infalible. Ethan es un programador, un agente externo al que recurrir en caso de duda y cuya consideración de sus respuestas es única y exclusivamente responsabilidad del usuario que le escribe. Es por ello que la utilidad real de esta App queda en entredicho no así sí lo que se busca es puro y simple entretenimiento.
Tras conseguir una nada desdeñable colección de descargas, Ethan ya prepara una nueva evolución en su idea: que cualquiera pueda ser Ethan. Es decir, ha abierto la posibilidad de que quien así lo desee tenga una App para que la gente pueda contactarle y pedirle su opinión. ¿Quién se apunta?
