Una aplicación es, entre otras cosas, un objeto de comunicación. Es parte de un conjunto de elementos comunicativos y una oportunidad para extender la identidad de tu empresa o producto.
A través de las diferentes pantallas de la aplicación, los colores, fuentes de texto y fondos actúan como elementos que reflejan esa identidad.
Claramente, uno de los componentes de la identidad es la marca. Aunque resulta tentador hacer un uso recurrente y constante de esta, se recomienda incluirla en los lugares más adecuados para ello, como pantallas de introducción, pantallas de login o registro de usuario, o en la sección “Acerca de”. De este modo, puede garantizar una correcta visualización de la identidad sin afectar a la navegación ni a la experiencia del usuario.
La experiencia del usuario es a menudo subestimada. Cuando diseñamos un nuevo producto tecnológico, algunos piensan que lo más importante es saltar al mercado lo antes posible presentando una funcionalidad concreta e intentar un “mínimo viable” antes de invertir más esfuerzo y dinero.
Sin duda, esta forma de actuar es totalmente razonable, ya que a medio plazo, la demora en el lanzamiento puede ser muy costoso, movido por la espera a que el producto esté completamente terminado y totalmente funcional. Ahora bien, esto no significa que podamos permitirnos una experiencia de usuario deficiente o que que nuestro producto sea antiestético. Al contrario, puede ser vital para conocer cómo los usuarios experimentan nuestra aplicación, ya que cómo se sientan usándola puede significar que el proyecto siga adelante o no.
Dicen que lo que cuenta es la primera impresión. En el mundo de las aplicaciones esa primera impresión se limita a dos componentes visuales: el icono de lanzamiento y la pantalla inicial, también llamada splash, que se mostrará muchas veces al abrir la aplicación.
Estos elementos se verán en primer lugar, antes de empezar a utilizar la aplicación. No subestimes su importancia y dales la atención que merecen, es la mejor forma de empezar con buen pie.
Ahora, tomando todos los elementos, hemos seleccionado las diferentes formas de conseguir un diseño agradable para incorporarlo a nuestro producto final, la aplicación como tal, para que la experiencia del usuario sea de alto nivel y por tanto valore de forma positiva lo que estamos presentando.
-
Un diseño visual agradable y sencillo, que tendrá su reflejo en el onboarding
-
Utiliza una pantalla “onboarding” para mostrar tu propuesta de valor única
-
Acoge y acompaña al usuario en el onboarding de tu app
-
Diseñar la gestión del micro-feedback
-
Diseña un onboarding atractivo, pero sobre todo útil e instructiva