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5 maneras de diseñar un onboarding atractivo para las aplicaciones

Una aplicación es, entre otras cosas, un objeto de comunicación. Es parte de un conjunto de elementos comunicativos y una oportunidad para extender la identidad de tu empresa o producto. A través de las diferentes pantallas de la aplicación, los colores, fuentes de texto y fondos actúan como elementos que reflejan esa identidad. Claramente, uno de los componentes de la identidad es la marca. Aunque resulta tentador hacer un uso recurrente y constante de esta, se recomienda incluirla en los lugares más adecuados para ello, como pantallas de introducción, pantallas de login o registro de usuario, o en la sección “Acerca de”. De este modo, puede garantizar una correcta visualización de la identidad sin afectar a la navegación ni a la experiencia del usuario.
La experiencia del usuario es a menudo subestimada. Cuando diseñamos un nuevo producto tecnológico, algunos piensan que lo más importante es saltar al mercado lo antes posible presentando una funcionalidad concreta e intentar un “mínimo viable” antes de invertir más esfuerzo y dinero. Sin duda, esta forma de actuar es totalmente razonable, ya que a medio plazo, la demora en el lanzamiento puede ser muy costoso, movido por la espera a que el producto esté completamente terminado y totalmente funcional. Ahora bien, esto no significa que podamos permitirnos una experiencia de usuario deficiente o que  que nuestro producto sea antiestético. Al contrario, puede ser vital para conocer cómo los usuarios experimentan nuestra aplicación, ya que cómo se sientan usándola puede significar que el proyecto siga adelante o no. Dicen que lo que cuenta es la primera impresión. En el mundo de las aplicaciones esa primera impresión se limita a dos componentes visuales: el icono de lanzamiento y la pantalla inicial, también llamada splash, que se mostrará muchas veces al abrir la aplicación. Estos elementos se verán en primer lugar, antes de empezar a utilizar la aplicación. No subestimes su importancia y dales la atención que merecen, es la mejor forma de empezar con buen pie. Ahora, tomando todos los elementos, hemos seleccionado las diferentes formas de conseguir un diseño agradable para incorporarlo a nuestro producto final, la aplicación como tal, para que la experiencia del usuario sea de alto nivel y por tanto valore de forma positiva lo que estamos presentando.
  1. Un diseño visual agradable y sencillo, que tendrá su reflejo en el onboarding

No es necesario que su diseño tenga el último efecto visual dictado por las tendencias, pero debe ser agradable y coherente con los principios del diseño visual, como la armonía, el equilibrio, la jerarquía, la proporción, el contraste o el énfasis. Y en cada principio hay elementos como el trazo, la forma, el texto, el color con el que elaborar la composición. Nuestra composición visual debe ayudar al usuario a entender la aplicación, dar una buena primera impresión y crear confianza. Que sea limpia y consonante con el discurso de la marca.
  1. Utiliza una pantalla “onboarding” para mostrar tu propuesta de valor única

La pantalla de onboarding aparece cuando abrimos la aplicación por primera vez en nuestro dispositivo. Esta experiencia de introducción se produce en tres o cuatro pantallas donde explicamos cómo la aplicación resuelve un problema y añade valor. La mayoría de los usuarios suelen omitir estas primeras pantallas rápidamente, por lo que es aconsejable colocar sólo un texto que facilite la lectura y transmita el mensaje con claridad, a ser posible acompañado de una imagen potente, que llame la atención y explique de manera clara el proceso de onboarding de tu app. Una ilustración o una fotografía puede ayudarte a conectar con el usuario, que sólo dispondrá de 3 ó 5 segundos para “entrar en el entorno de la aplicación”.
  1. Acoge y acompaña al usuario en el onboarding de tu app

El onboarding pretende ser el embajador de nuestra marca en su smartphone, encargado de recibir al usuario y acogerle con todas las comodidades posibles. Cuando llegue a la pantalla de inicio, encontrará una bienvenida y la pregunta de si necesita hacer una visita guiada para saber de qué se trata la aplicación. Si el producto es nuevo y único, asegúrate de acompañar al usuario a través de todo el proceso de onboarding de tu app. El objetivo es proporcionar una sensación de éxito y logro mediante la comprensión del concepto de la aplicación. Tanto por si deciden omitirlo, como por si pudieran surgir más dudas de las resueltas en la introducción, puede ser beneficioso diseñar una pantalla de preguntas frecuentes.
  1. Diseñar la gestión del micro-feedback

Es muy valioso conocer la opinión del usuario después de usar nuestra aplicación, especialmente si existe un servicio involucrado. En el diseño de la experiencia de usuario podemos simplemente añadir una pregunta sencilla, no una larga y tediosa encuesta que asuste al usuario. El micro-feedback busca solamente recolectar una pequeña, pero concreta cantidad de información de los usuarios. Por ejemplo, la aplicación Uber (una aplicación que ofrece una red de transporte privada) pide a los usuarios que voten y comenten sobre el conductor inmediatamente después de utilizar el servicio. Recopilar estos microdatos de los usuarios, más relacionados con el uso del servicio, puede ayudarte a incorporar mejoras en la siguiente iteración y saber si hay algo que indique que una funcionalidad trabaja de manera incorrecta, te permitirá rastrearla, resolverla y satisfacer a los usuarios.
  1. Diseña un onboarding atractivo, pero sobre todo útil e instructiva

Finalmente, recuerda que no sólo creamos un onboarding para que nuestra app sea más atractiva o cumpla con los requisitos y tendencias del mercado, sino que, además de eso, pretendemos mejorar la forma en la que el usuario se relaciona con la aplicación, aprendiendo a usarla y obteniendo interés en ella.

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